Algunos aún creen que Jesús de Nazaret fue el primer cristiano. Lamento decirles que Yeshúa de Nazaret jamás fue cristiano ni conoció el cristianismo. El rabí de Nazaret fue judío y lo único que conoció fue el judaísmo.
Nadie pensó que la primera comunidad judía que siguió a Jesús se convertiría con el tiempo en una nueva religión.
Saúl de Tarso, otro judío que se sentía profundamente judío, decidió que todos los gentiles (los no-judíos) debían integrar el pueblo de Israel a través de la idea del Mesías. San Pablo pensaba que el judaísmo podía extenderse a los gentiles a través del Mesías. Esta era la idea de Pablo: extender el judaísmo a los no judíos a través del mesianismo.
Así fue cómo, a partir del año 50, miles de gentiles comenzaron a sentirse integrantes del pueblo de Israel. Toda la comunidad mesiánica que cruzó el río Jordán en el año 62, al mando del primo de Jesús, era judía. Todos ellos eran y se sentían judíos.
Simón bar Ioná, considerado por la Iglesia católica como el primer Papa (con el nombre de San Pedro), era un hombre judío, estaba casado y, al parecer, según los apócrifos, tenía una hija.
Quienes integraron aquel movimiento, que a fines del siglo I se identificaría con el nombre de cristianismo, en su gran mayoría eran todos judíos.
Será en el siglo II, y por las causas históricas y teológicas que explicaremos, cuando nacerá el cristianismo.

Hace 30 años que estudio e investigo los orígenes judíos del cristianismo.
En 1994 publiqué Las raíces judías del cristianismo, el primero de cinco libros que conectan el cristianismo con su raíz judía, que revalorizan la figura de Jesús como un gran rabino del pueblo de Israel y revelan las causas de la ruptura histórica entre el judaísmo y el cristianismo.
Desde entonces he divulgado mis conclusiones, con ideas y aportaciones originales, en cinco de los 20 libros que he publicado hasta el momento y en decenas de cursos, seminarios y conferencias que he impartido en distintas ciudades de España, Europa y América.
El cristianismo es una religión que nació porque un grupo de judíos pretendió extender el mensaje del Dios de Israel a toda la humanidad, pretendieron expandir la fe judía.
Pero en el siglo II, en Roma, un grupo de pensadores provenientes de la gentilidad introdujo una serie de cambios y modificó algunos aspectos del judaísmo creando lo que se conocería como cristianismo.
Fue a mediados del siglo II cuando algunos teólogos decidieron desconectar al grupo del seno del judaísmo y de esta forma partir en dos fragmentos al pueblo de Israel.
Lamentablemente, ni los judíos ni los cristianos tienen consciencia de lo que les une, porque durante dos mil años sus respectivos dirigentes religiosos solamente insistieron en lo que nos divide.
Y cuando se intenta dividir, no existe el amor, porque el amor une.
©Mario Sabán